En el mes de enero del presente año cumplimos con un compromiso del Departamento de Pediatría: poner en consideración de la comunidad médica nacional la octava edición del Manual del Residente de Pediatría.

Desde que la primera edición vio la luz hace 30 años, los médicos pediatras del Hospital Metropolitano, especialistas y en formación, ha aportado con su esfuerzo, conocimientos y entusiasmo, para que este Manual se vaya actualizando, ampliando en su contenido y perfeccionando su formato. El haber completado ya 8 ediciones es un esfuerzo digno de encomio.

El Hospital Metropolitano en todos estos años ha tenido entre sus miembros, médicos pediatras de excelencia, estudiosos incansables, docentes de altos quilates que no dudaron en compartir todo lo que sabían con sus discípulos, y fueron quienes con su iniciativa impulsaron la publicación de un compendio de protocolos de manejo de las patologías más frecuentes en Pediatría.

Por eso pienso que es de justicia rendir permanente homenaje de admiración y gratitud, como pioneros, gestores e impulsores de este Manual de Residentes de Pediatría, entre otros a los Dres: Renato Pérez Morgan, Gualberto Arias, Fausto Moncayo, Gonzalo Mantilla, Luis Caicedo, Ramiro Calderón...

De esta última edición debemos destacar una diferencia con las anteriores, y es que el desarrollo de los temas tiene, esta vez, un formato preestablecido, uniforme y con las características de una guía clínica. Eso la convierte en un material de consulta ágil y rápida con temas tratados de forma sintética. Al ser una guía de consulta, quien requiera ampliar conocimientos sobre fisiopatología, patogenia, etc., debe referirse a libros de texto reconocidos y ahora fácilmente disponibles.
Próximamente estará a disposición también la edición digital.

Esperamos que la nueva edición del Manual sea un compañero inseparable de los médicos especialistas y en formación y les ayude para siempre brindar atención de excelencia a los pacientes pediátricos y sus familias. Para médicos rurales, con difícil acceso a información, suministros y medicinas en sus plazas alejadas de trabajo, seguro representará un instrumento vital a la hora de atender pacientes menores. A enfermeras, auxiliares y servicios complementarios les brindará también información útil y de primera mano.

Como toda obra humana, ésta es perfectible. Si es analizada con minuciosidad, seguramente se encontrarán errores y omisiones. Las nuevas generaciones de pediatras, muchos de ellos autores de capítulos en ediciones pasadas, serán los responsables de las futuras revisiones. En sus manos estará subsanar los defectos y entregarnos nuevos libros con excelentes contenidos.

Fernando Donoso Uribe
Hospital Metropolitano, Quito, Ecuador.